lunes, 13 de agosto de 2012

cuento 2






Maldito el momento en el que decidí ir. Carajo, sabía que terminaría así. Él echado en la cama, igual que el resto, y yo viéndolo.

Por qué siempre tengo que caer en estos enredos, por qué no puedo tener una relación seria.

¡mm…! Ya son las 10:00 y este cabrón no se va, ni siquiera se ha despertado… ¿tendré que correrlo?

10:15 y sigue dormido. Al menos se ve lindo, esos rizos rubios cayendo sobre su rostro hermoso de porcelana le dan un aire de ternura e inocencia. Si no lo hubiera sentido ayer, creería que es un tierno conejito y no un perro furioso.

10:37 y tengo hambre, pero no puedo dejar a este tipo en mi cama, solo, mientras voy a buscar algo de comer. ¿Y si mi amiga llega y descubre la verdad? Qué sería de mí, una persona tan respetada e influyente en la publicidad no puede tener resbalones como éstos.

Qué dirían mis jefes que me aceptaron en el grupo élite de la empresa a pesar de los chismes de mis compañeras de trabajo. Malditas celosas y además pendejas, no es mi culpa que los hombres me prefieran más a mí que a ellas, en especial los jefes. Soy inteligente y además gozo de la mejor personalidad que es rara ver en una persona tan atractiva como yo.

Creo que lo que les duele es el hecho de que a mí, siendo como soy, me lleven flores discretamente, como si fueran adolescentes, que me den regalos de lo más encantadores, me dediquen, incluso, canciones y poemas, cuando a ellas ni siquiera un “buenos días”.


Si tu presencia, querida mía,
a mi deseo le es grato
lo celebre pues, tu jubilo,
mientras yo disfruto, de tu presencia, encanto.


¡Ja!, cuándo les han dedicado algo como eso…

10:58, qué feo está mi cuarto, tengo que arreglarlo y pintarlo, de lo contrario no tendré a otro hombre como éste la próxima ocasión. Si así ya se me estaba rajando. ¡Ah, pero eso sí!, apenas me invadió con su enorme ser, empezó a gemir de placer… diablos, ya ando con ganas otra vez y este güey no se despierta.

11:18… el agua está muy fría, a pesar de que ya calenté el baño por 15 minutos, carajo si estuviera con aquel muchachote sería un baño divino. Adoraría su calor y su cuerpo fornido mientras me olvido del agua.

¡11:30! ¡Carajo ya es tarde! Lo bueno es que hoy no voy a trabajar, pero ahora sí ya me harté, tengo hambre, el baño estuvo terrible, y mi amiga ni siquiera me ha hablado por teléfono para decirme si ya viene o no. No puedo dejar esto así; lástima que no pude disfrutarlo una última vez.

11:45 y aún no termino. Este tipo ya está duro, debí cortarlo en cuanto lo maté. Qué lástima lindo, te hubieras quedado y no habrías muerto.

12:59 es la última vez que hago esto, lo juro, como me dijo mi madre en una ocasión cuando se quejó de mi padre:“pinches hombres pendejos, todos son iguales, apenas ven un defecto mínimo y se van… espero que no seas como ellos hijo”.
Bueno, por lo menos ya está en la basura; y ahora tengo que volverme a bañar.

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